viernes, 8 de diciembre de 2006

MEXICANOS... CUANDO CAMBIAREMOS?


Marketer / Amalgama latina


El día de hoy, un amigo me ha hecho llegar la siguiente reflexión del editorialista Horacio Marchand,
que quisiera compartir en este espacio

MIAMI, Florida.- Por una serie de eventos sincrónicos terminé cenando en casa de Samuel Fernández, cónsul general de Chile en Estados Unidos, y Cecilia, su distinguida esposa. Entre vinos chilenos y unas velas blancas abordamos el tema de nuestro continente y nos dispusimos a resolver el acertijo:
 
¿Por qué Latinoamérica sigue atrasado en su desarrollo si estamos repletos de recursos, juventud y un clima privilegiado? Por enésima vez: ¿qué nos falta para romper el ciclo de pobreza?
Y no hay mejor lugar para tener este tipo de discusión que Miami. De seguro Simón Bolívar, el primer precursor de la idea de una Latinoamérica unida y relevante, estaría feliz de vivir en esta gran amalgama de lo que Machado llamó la "raza de bronce".
Aparte de los anfitriones estaban Patricio Cervantes, un constructor chileno y su esposa, una consumada aficionada al tenis; el polifacético empresario chileno Patricio Kreutzberger; y mi colega mexicano, Alejandro Ruelas, con un doctorado en estrategia.
Fueron varias las especulaciones de por qué no avanzamos y nos atrasamos en la carrera continental; aquí los desarrollos:
 
· La región es tan fértil que la gente no se muere de hambre. Hay plenitud de recursos naturales que basta con "estirar la mano". Esto desincentiva el emprendimiento.
· Estamos psicológicamente presos en el complejo del conquistado, de un pueblo mestizo producto de la violación sistemática de mujeres autóctonas, de uno que ni era español -como el padre, que simultáneamente era un desgraciado pero superior en casta-, ni indígena -como la madre, que simultáneamente era buena y responsable pero inferior en casta-. Una nación castrada que le destruyeron su cultura.
· Excesivo individualismo, o quizá aislamiento como lo diría Octavio Paz. Individualmente somos geniales, pero a la hora de hacer labores conjuntas no sabemos sumar.
· La actitud al trabajo está devaluada porque los autóctonos fueron esclavizados por los españoles.
· Es rara la continuidad de las instituciones y común los vaivenes sistemáticos de modelos. Esto da lugar a disruptores polarizantes como Hugo Chávez, Evo Morales y otros líderes que abanderan causas de "reinventar" todas las instituciones; así no puede construirse, ni da tiempo para que se den frutos.
· Las divisas enviadas por paisanos están entre las primeras tres fuentes de importancia para países como México, Colombia, El Salvador, Guatemala, etcétera, y esto es un círculo vicioso porque la gente receptora se queda en su status quo, además de que el dinero no se invierte para crear riqueza. Los guerreros, los audaces, los aventados son los que se nos van para impulsar riqueza ajena en lugar de la latinoamericana.
En la reflexión a posteriori de esta maravillosa velada en Miami agrego:
 
· Lo que dice el economista peruano Hernando de Soto: que, como la gente humilde no tiene regularizada su propiedad, no puede apalancarla para allegarse de capital y emprender (algo que Yunus parece haber resuelto en Bangladesh).
· En la urgencia de la supervivencia cotidiana no hay oportunidad para hacer investigación ni crear conocimiento ni desarrollar propiedad intelectual y patentes (cada vez más el dinero viene justamente de esto).
· David Ricardo, afamado economista clásico, centraba su discurso en Educación como único medio para romper la pobreza. Con lo que ha pasado recientemente en Oaxaca con los "maestros", ni para qué decir más.
· El mercado de capitales actual está diseñado para prestarle al que ya tiene y no al que quiere tener. ¿Para qué sirve nuestra creatividad si no puede financiarse?
En contraste con lo anterior, dos casos de éxito: Chile, con problemas aún sin resolver, tiene ya el PIB per cápita más alto de la región y cada vez más refuerza su posicionamiento de país-modelo.
España, que otrora fue el "patito feo" de Europa Central y un pueblo testarudo que no se dejaba gobernar, y que por lo tanto nos estigmatizaba a los latinoamericanos (ni la Madre Patria puede), ya rompió el círculo. Este país ibérico está a punto de convertirse en uno de los cinco grandes al nivel de Italia o Francia, y ya tiene el tamaño de la economía canadiense.
Para finalizar un par de juicios personales:
 
1.- El subdesarrollo es una condición mental y una posición existencial. Ambos pueden modificarse con voluntad.
2.- Cuando los diferentes sectores se ponen de acuerdo: el Gobierno, la iniciativa privada, las universidades, los líderes de opinión, tal y como lo hicieron en Chile y en España, el progreso se da.
Mientras no se hable de México, o del país correspondiente, como el enfoque, mientras siga la autoestima nacional a la deriva, mientras los cínicos dominen el discurso, mientras no haya un sueño aterrizado de nación, seguiremos atrapados por nosotros mismos.

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