viernes, 8 de diciembre de 2006

MONOPOLIOS



No puedo dejar pasar este artículo del periodista Sergio Sarmiento, que creo nos ubican en la realidad que vivimos como país. Espero que estas palabras nos permitan abrir los ojos como consumidores y exijamos mejores servicios por tan insultantes y elevados precios.

Recuerden: "Cualquier consumidor inteligente sabe lo que significa una garantía: que, pase lo que pase, no está cubierto".

PARA USAR
http://www.profeco.gob.mx/


MONOPOLIOS
Por Sergio Sarmiento

"En los Estados Unidos Mexicanos quedan prohibidos los monopolios."

Artículo 28 de la Constitución


Reconozcámoslo. En este punto Andrés Manuel López Obrador tiene toda la razón. Como lo señaló el pasado 20 de noviembre, "es inaceptable que los mexicanos paguemos por el cemento gris 223 por ciento más que los estadounidenses, 260 por ciento más por el internet de banda ancha, 312 por ciento más por teléfono celular, 65 por ciento más por teléfono de línea fija, 230 por ciento más por llamadas de larga distancia nacional, 116 por ciento más por electricidad residencial de alto consumo, 131 por ciento más por electricidad comercial, 36 por ciento más por electricidad de alta tensión, 5 por ciento más por la gasolina Magna, 18 por ciento más por la gasolina Premium, 178 por ciento más por la tarjeta Banamex clásica, 115 por ciento más por la tarjeta Bancomer Visa; 116 por ciento más por Cablevisión básico, 150 por ciento más por crédito a la vivienda y 3,600 por ciento más por comisiones bancarias a compras con tarjetas en almacenes".

La lista puede continuar. El número de campos en la economía en que los mexicanos pagamos precios elevadísimos sólo para beneficiar a monopolios es enorme. Y lo peor de todo es que ni siquiera tenemos una relación satisfactoria entre precio y calidad. No sólo pagamos más, sino que recibimos bienes o servicios de peor calidad.

Felipe Calderón no se ha enfrentado todavía a su prueba de fuego como Presidente. De poca monta es el reto que le lanzaron los legisladores del PRD que trataron de impedir su toma de protesta el 1 de diciembre. También fue sencilla la decisión de cumplir las múltiples órdenes de aprehensión que había en contra del líder de la APPO Flavio Sosa (que ahora resulta es también dirigente del PRD). La verdad es que donde veremos el temple del Presidente Calderón es en el combate a los monopolios. ¿Tendrá el valor de enfrentarlos, a pesar de que muchos de ellos apoyaron su candidatura?

El tema de los monopolios no es superficial. Va al fondo de los problemas de pobreza y competitividad, que son los más importantes que sufre nuestro país. Los altos precios que pagamos en México por productos de consumo disminuyen sensiblemente el poder de compra de los más pobres, y los que cubren las empresas por sus insumos les hacen más difícil competir a nivel internacional. No hay peor castigo, sin embargo, que no tener opción en el mercado, cosa que nos ocurre a los mexicanos con enorme frecuencia.

La Comisión Federal de Competencia ha hecho un gran esfuerzo para enfrentarse a los monopolios y oligopolios que controlan buena parte de la economía nacional. Pero la tarea que falta es impresionante. La economía nacional sigue teniendo muchos segmentos controlados por una o unas cuantas empresas capaces de establecer los precios y condiciones del mercado. Los mexicanos ya no podemos seguir aceptando los monopolios, sea cual sea su naturaleza: poco importa si son públicos, privados, nacionales o extranjeros.

Parte de la revolución contra los monopolios debe ser cultural. Como lo decía el propio López Obrador, todos queremos que se combata a los monopolios... pero en los bueyes de mi compadre. A veces, de hecho, no nos damos cuenta de lo que son los monopolios, como queda demostrado en el apoyo que algunos grupos de intelectuales le dieron a una iniciativa de ley que prohibiría los descuentos en los libros.

¿Queremos tener un país más próspero y competitivo? ¿Queremos eliminar los monopolios? La solución no radica, como lo planteó López Obrador en su mal llamada Ley de Precios Competitivos, en reestablecer los controles de precios. Éstos sólo agravarían la situación. Lo que debemos hacer es ampliar la oferta.

Para ello, abramos las puertas a la importación de productos como el cemento y el azúcar. Eliminemos el monopolio de los agentes aduanales y las listas oficiales de importadores. Multipliquemos las licencias de notarías. Promovamos más opciones de conexión de internet de banda ancha. No permitamos los monopolios en televisión de paga. Utilicemos las frecuencias disponibles y las nuevas tecnologías para aumentar la oferta de televisión. Eliminemos las restricciones a la generación y venta de electricidad por particulares. Permitamos la inversión privada en extracción, refinación y petroquímica de hidrocarburos. Eliminemos restricciones y concesiones en el negocio bancario. Promovamos costos de interconexión que permitan precios comparables a los de otros países en telefonía celular. Impulsemos la competencia en telefonía fija. Eliminemos el monopolio del correo y dejemos que el servicio lo dé quien mejor lo pueda ofrecer.

Esta lista es, necesariamente, parcial. Podríamos ampliarla con muchos otros servicios y productos que registran precios altos debido a prácticas monopólicas. En el combate contra éstas, todos los mexicanos deberíamos estar de acuerdo, porque todos pagamos el enorme costo que nos imponen los monopolios. Deberíamos aceptar de una vez por todas esa primera línea del artículo 28 de la Constitución que prohíbe los monopolios.

PARA CRITICAR HACE FALTA....


FOTO/AFP

"Que si escupo, que soy baboso, y si no, que soy reseco"

Así, al puritito estilo mexicano, les comparto mi humilde opinión.

En ocasiones, por más que me esfuerzo en entender, no logro descifrar nuestro comportamiento, pero al parecer nada nos gusta, nunca estamos conformes con lo que tenemos.
Traigo este comentario a escena, después de escuchar muchas opinones acerca de lo que El Presidente Felipe Calderón ha venido haciendo. Como que se nos olvida que el señor tiene escasos 5 días. Se entiende que todos quisiéramos cambios, y cambios de fondo, y que todo es perfectible, pero se le cuestiona como si llevara 2 años o más en la silla presidencial.

Recuerdo, no hace mucho, cuando todos exigiamos mano dura en Oaxaca, y decíamos que nuestro Gobierno era débil, que se necesitaba alguien con ganas de hacer las cosas. Hoy que se detiene al cabecilla de la APPO, ¿qué decimos?, no pero ese que, mejor que detenga a López Obrador, se va con los fáciles de atrapar, etc.., un sin fin de comentarios que, en vez de ayudar, perjudican.

Solo que no se nos olvide que:

"El gobierno es la mejor opción de culpar a alguien de nuestro propio estancamiento y nuestra propia ignorancia, cierto que nos roban, nos aniquilan y nos matan, pero no más que nosostros mismos"

Es muy fácil criticar, en eso nos apuntamos todos, pero a la hora que se nos pide participar, ahí... nos escondemos, casi todos

CINISMO + INDIFERENCIA=ATRASO


"Dadme los lujos de la vida que de las necesidades puedo prescindir"

El día de ayer 21 de nov. comentabamos varios amigos la nota que aparece en un periódico local en donde se podía apreciar el abuso por parte del gobierno Municipal por la compra de árboles cuyo costo va comúnmente de 6 mil a 7 mil pesos, pero el Municipio los adquirió por la cantidad de 13,500 pesos cada uno, lo que al final derivó en un gasto de 7 millones 290 mil pesos. No es difícil imaginar la escena de algún funcionario haciendo sus sucios negocios favoreciendo a alguna empresa privada, y a su vez, a miles de ciudadanos hartos de los derroches de nuestros políticos.

Pero... y qué!, no pasó nada!. Ni pasará, mientras los ciudadanos nos quedemos como simples expectadores, retorciéndonos en nuestros hogares, inmersos en el gran mimo que llevamos dentro.

Me he dado cuenta que hoy en día el cinísmo es el gran mal de nuestros políticos, pero alimentados por la indiferencia de nosotros los gobernados.

Según la presentación realizada por la Red Interamericana para la Democracia (RID) del Índice de Participación Ciudadana en América Latina 2005, que fue realizada en forma simultánea en ocho países de la región: Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, México, Perú, Bolivia y República Dominicana, se observa una importante homogeneidad entre los países incluidos en el estudio ya que predomina un nivel de participación bajo. Si bien menos del 10% presenta una ausencia absoluta de participación, un porcentaje cercano a la mitad de la población exhibe un nivel de participación bajo.
Por el contrario, el nivel de participación óptimo tampoco supera los diez puntos porcentuales de población en ninguno de los países considerados y el nivel de participación alto oscila entre 16 y 23% de acuerdo al país.

En otras palabras, algo que caracteriza a América Latina es nuestra indiferencia a participar, a denunciar, a reclamar. Por lo que no es extraño ver a nuestro continente sumido en el atraso. Si lo analizamos bien ésta podría ser otra de las causas por las que las democracias de los países latinoamericanos batallan para afianzarse.

Somos expertos para decir "hay que hacer", "deberíamos actuar", pero estériles en la acción.

No es posible que los medios de comunicación denuncien y denuncien y no pase nada. Es hora de que los ciudadanos dejemos en el pasado los años de pereza ciudadana y tomemos los espacios y comencemos a despertar el hábito de la denuncia. Por el bien de todos y de nuestro México.

PARA USAR
http://www.nl.gob.mx/?P=denunciaanonima
http://www.elnorte.com/SOS/

MEXICANOS... CUANDO CAMBIAREMOS?


Marketer / Amalgama latina


El día de hoy, un amigo me ha hecho llegar la siguiente reflexión del editorialista Horacio Marchand,
que quisiera compartir en este espacio

MIAMI, Florida.- Por una serie de eventos sincrónicos terminé cenando en casa de Samuel Fernández, cónsul general de Chile en Estados Unidos, y Cecilia, su distinguida esposa. Entre vinos chilenos y unas velas blancas abordamos el tema de nuestro continente y nos dispusimos a resolver el acertijo:
 
¿Por qué Latinoamérica sigue atrasado en su desarrollo si estamos repletos de recursos, juventud y un clima privilegiado? Por enésima vez: ¿qué nos falta para romper el ciclo de pobreza?
Y no hay mejor lugar para tener este tipo de discusión que Miami. De seguro Simón Bolívar, el primer precursor de la idea de una Latinoamérica unida y relevante, estaría feliz de vivir en esta gran amalgama de lo que Machado llamó la "raza de bronce".
Aparte de los anfitriones estaban Patricio Cervantes, un constructor chileno y su esposa, una consumada aficionada al tenis; el polifacético empresario chileno Patricio Kreutzberger; y mi colega mexicano, Alejandro Ruelas, con un doctorado en estrategia.
Fueron varias las especulaciones de por qué no avanzamos y nos atrasamos en la carrera continental; aquí los desarrollos:
 
· La región es tan fértil que la gente no se muere de hambre. Hay plenitud de recursos naturales que basta con "estirar la mano". Esto desincentiva el emprendimiento.
· Estamos psicológicamente presos en el complejo del conquistado, de un pueblo mestizo producto de la violación sistemática de mujeres autóctonas, de uno que ni era español -como el padre, que simultáneamente era un desgraciado pero superior en casta-, ni indígena -como la madre, que simultáneamente era buena y responsable pero inferior en casta-. Una nación castrada que le destruyeron su cultura.
· Excesivo individualismo, o quizá aislamiento como lo diría Octavio Paz. Individualmente somos geniales, pero a la hora de hacer labores conjuntas no sabemos sumar.
· La actitud al trabajo está devaluada porque los autóctonos fueron esclavizados por los españoles.
· Es rara la continuidad de las instituciones y común los vaivenes sistemáticos de modelos. Esto da lugar a disruptores polarizantes como Hugo Chávez, Evo Morales y otros líderes que abanderan causas de "reinventar" todas las instituciones; así no puede construirse, ni da tiempo para que se den frutos.
· Las divisas enviadas por paisanos están entre las primeras tres fuentes de importancia para países como México, Colombia, El Salvador, Guatemala, etcétera, y esto es un círculo vicioso porque la gente receptora se queda en su status quo, además de que el dinero no se invierte para crear riqueza. Los guerreros, los audaces, los aventados son los que se nos van para impulsar riqueza ajena en lugar de la latinoamericana.
En la reflexión a posteriori de esta maravillosa velada en Miami agrego:
 
· Lo que dice el economista peruano Hernando de Soto: que, como la gente humilde no tiene regularizada su propiedad, no puede apalancarla para allegarse de capital y emprender (algo que Yunus parece haber resuelto en Bangladesh).
· En la urgencia de la supervivencia cotidiana no hay oportunidad para hacer investigación ni crear conocimiento ni desarrollar propiedad intelectual y patentes (cada vez más el dinero viene justamente de esto).
· David Ricardo, afamado economista clásico, centraba su discurso en Educación como único medio para romper la pobreza. Con lo que ha pasado recientemente en Oaxaca con los "maestros", ni para qué decir más.
· El mercado de capitales actual está diseñado para prestarle al que ya tiene y no al que quiere tener. ¿Para qué sirve nuestra creatividad si no puede financiarse?
En contraste con lo anterior, dos casos de éxito: Chile, con problemas aún sin resolver, tiene ya el PIB per cápita más alto de la región y cada vez más refuerza su posicionamiento de país-modelo.
España, que otrora fue el "patito feo" de Europa Central y un pueblo testarudo que no se dejaba gobernar, y que por lo tanto nos estigmatizaba a los latinoamericanos (ni la Madre Patria puede), ya rompió el círculo. Este país ibérico está a punto de convertirse en uno de los cinco grandes al nivel de Italia o Francia, y ya tiene el tamaño de la economía canadiense.
Para finalizar un par de juicios personales:
 
1.- El subdesarrollo es una condición mental y una posición existencial. Ambos pueden modificarse con voluntad.
2.- Cuando los diferentes sectores se ponen de acuerdo: el Gobierno, la iniciativa privada, las universidades, los líderes de opinión, tal y como lo hicieron en Chile y en España, el progreso se da.
Mientras no se hable de México, o del país correspondiente, como el enfoque, mientras siga la autoestima nacional a la deriva, mientras los cínicos dominen el discurso, mientras no haya un sueño aterrizado de nación, seguiremos atrapados por nosotros mismos.